A pesar de la complicada situación mundial para los pequeños empresarios, el panorama emprendedor en Colombia presenta particularidades significativas. El emprendimiento en el país se sustenta en diversas motivaciones, desde la necesidad hasta la iniciativa. No obstante, al igual que sus homólogos en otras partes del mundo, los pequeños empresarios colombianos enfrentan dificultades para hacer prosperar sus modelos de negocio, especialmente en lugares donde carece de un marco regulatorio o entorno propicio para el crecimiento de empresas emergentes.

A pesar de estos desafíos, el espíritu emprendedor de los colombianos ha perdurado en los últimos años. Según el informe “Colombia Tech Report” de KPMG Colombia, en colaboración con diversas agrupaciones, entre 2013 y 2024, Colombia ha sido el tercer país que más capital emprendedor ha generado en América Latina, alcanzando los 4.621 millones de dólares.

Sin embargo, el éxito empresarial se ve condicionado por las variables económicas específicas de cada nación, según destacó Andrea Ávila, decana de la Facultad de Emprendimiento de la Universidad del Rosario, en una entrevista para Portafolio. La incertidumbre económica y los eventos geopolíticos impactan tanto a emprendedores como a grandes empresarios, generando expectativas y cautela en la toma de decisiones.

El emprendimiento, en ocasiones, se ve entremezclado con percepciones erróneas, especialmente entre aquellos que se aventuran en el mundo empresarial por primera vez, careciendo de bases teóricas o conceptuales sólidas. Julita Barreto, empresaria y ‘tiburona’ inversionista en “Shark Tank Colombia”, destaca la confusión entre ser emprendedor e informalidad, enfatizando la importancia de establecer negocios cumpliendo con los estándares jurídicos y empresariales.

La recursividad ha sido una característica distintiva del emprendedor colombiano, quien, a pesar de enfrentar fracasos, ha mantenido la capacidad de explorar diferentes opciones. Según Felipe Riaño Jaramillo, psicólogo y publicista, Colombia lidera en emprendimientos en Latinoamérica, aunque también registra un alto índice de fracasos.

Esta situación plantea un desafío para los emprendedores colombianos que buscan expandir sus negocios, y la formación empresarial emerge como la principal oportunidad de mejora. Expertos señalan que, más allá del deseo o la necesidad de emprender, es esencial contar con bases sólidas para enfrentar un mercado desafiante.

La creación de espacios educativos, como la Facultad de Emprendimiento de la Universidad del Rosario, evidencia un esfuerzo reciente en ofrecer conocimientos consolidados en temas como balances financieros, estudios de mercado, búsqueda de inversión y creación de alianzas estratégicas.

En este contexto, el marco normativo también juega un papel crucial. Las políticas públicas que facilitan el progreso de emprendedores, independientemente de su modelo de negocio, son esenciales para un desarrollo más orgánico. A pesar de los desafíos, se reconoce que el Gobierno ha realizado apuestas significativas en este sentido.

Un ecosistema emprendedor que converja con el perfil general del emprendedor colombiano, sumado a oportunidades de aprendizaje a partir de errores, se postula como un camino hacia la mejora. La disciplina, paciencia y perseverancia son clave, según destaca Riaño, para aquellos emprendedores que buscan superar los obstáculos y triunfar en sus esfuerzos empresariales.

JUAN MARTÍN MURILLO HERRERA – Periodista de Portafolio