Desde su jubilación a los 55 años, Ana Hilda Carrero ha explorado diversos oficios, siempre rechazando la idea de quedarse en casa sin hacer nada. La cocina se convirtió en su refugio creativo, y desde 2015, ha desarrollado un emprendimiento exitoso que tiene a Instagram como su principal plataforma de promoción.

¿Existe una edad límite para cumplir metas? Para Ana, la respuesta es un rotundo no. Con 83 años, mantiene una energía y curiosidad que desafían el paso del tiempo. A través de Instagram, Ana inspira a miles con su don de gente y su habilidad culinaria.

Desde su hogar en Maturín, una ciudad en el oriente de Venezuela, Ana elabora recetas tradicionales que la han convertido en una abuela famosa en redes sociales. Su negocio, “Los BoKados de Ana”, se especializa en entremeses y postres criollos, y ha sido un éxito desde sus inicios.

Primeros Pasos: ¡Atreverse es la Clave!

Todo comenzó con porciones de arroz con leche para un local en Maturín. “La dueña del local preguntó a mi hija si conocía a alguien que pudiera hacer arroz con leche para vender. Yo me ofrecí, y así comenzó esta aventura”, recuerda Ana. Aunque hubo una pausa durante la pandemia, con el apoyo de la Fundación Empresas Polar, Ana continuó su negocio.

A lo largo de su vida, Ana ha experimentado con muchos proyectos. No ve los intentos fallidos como fracasos, sino como oportunidades de aprendizaje.

Modelo de Negocio: Degustaciones y Plataformas Digitales

Inicialmente, “Los BoKados de Ana” distribuía sus productos en pequeños locales, pero Ana encontró mayor éxito en las degustaciones mensuales. Sus mermeladas, desde sabores tradicionales hasta los más audaces como la de flor de jamaica, han cautivado a muchos, incluyendo al periodista gastronómico Miro Popic.

Las redes sociales también juegan un papel crucial en su emprendimiento. Con más de 11 mil seguidores en Instagram, Ana ofrece talleres online para enseñar sus recetas.

Emprender en Venezuela: Un Desafío Constante

Emprender en Venezuela no es fácil. El 91% de los emprendimientos surgen por necesidad, enfrentando barreras como políticas gubernamentales, falta de financiamiento y fallas en los servicios básicos. Sin embargo, Ana ha superado estos obstáculos gracias a su formación, constancia y el apoyo de otros emprendedores.

“Al principio no vendíamos nada, pero buscamos apoyo y formación. Ahora estamos viendo los frutos de ese esfuerzo inicial”, comenta Ana.

Ana Hilda Carrero quiere ser un ejemplo para jóvenes y adultos mayores, demostrando que siempre hay oportunidades para reinventarse. Su negocio no solo es una fuente de ingresos, sino también de vitalidad y felicidad, honrando a su hija mayor en cada paso que da. Para Ana, compartir su esencia a través de sus recetas es la clave de la felicidad en la tercera edad.