Preocupación por la baja en los niveles de los embalses de Bogotá a pesar de las lluvias

A pesar de las recientes lluvias, los niveles de los embalses de Bogotá no se han recuperado, lo que genera incertidumbre sobre el futuro del racionamiento de agua en la ciudad. La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha reportado una tendencia a la baja en la capacidad de las represas del sistema Chingaza, que abastecen a Bogotá y algunos municipios cercanos.

Desde el 26 de noviembre, los embalses de Chuza y San Rafael han mostrado una disminución en su capacidad, pasando del 53,71 % al 53,58 %, una cifra que no se alcanzaba desde mediados de octubre. Aunque las lluvias contribuyeron al incremento del agua en los embalses, la tendencia negativa en los últimos días genera preocupación.

El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha señalado que la ciudad aún se encuentra alrededor del 11 % por debajo del promedio histórico para esta época, lo que confirma que la crisis persiste, aunque de forma leve. La administración local había considerado flexibilizar las medidas de racionamiento debido a la mejora en los niveles de los embalses, pero el reciente descenso podría cambiar esta decisión.

La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, ha recomendado cautela y precaución antes de tomar decisiones sobre el racionamiento, destacando que el cambio climático y las sequías en los primeros meses de 2025 podrían afectar aún más la situación. Por ahora, si las lluvias no son suficientes y la capacidad de las represas sigue disminuyendo, el racionamiento de agua podría continuar siendo una medida permanente hasta finales de 2024.

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