La etapa de juventud, marcada por grandes transformaciones, también enfrenta desafíos emocionales que afectan el bienestar mental de los jóvenes. Entre los principales factores identificados están:

• Presión académica: Las altas exigencias generan estrés y ansiedad. Fomentar el equilibrio es esencial.
• Impacto de las redes sociales: Comparaciones constantes, ciberacoso y preocupación por la imagen amplifican la ansiedad. Limitar el tiempo en pantalla puede ser beneficioso.
• Relaciones familiares complicadas: Los conflictos en el hogar impactan significativamente el estado emocional.
• Factores socioeconómicos: La inseguridad económica puede agravar el estrés y la incertidumbre.
• Consumo de sustancias: La prevención y la educación son fundamentales para reducir los riesgos asociados.
• Aislamiento social: La soledad y la falta de habilidades emocionales pueden aumentar la vulnerabilidad.
• Experiencias traumáticas: La intervención psicológica temprana es clave para mitigar sus efectos.

Para enfrentar estos desafíos, es vital crear espacios seguros, fomentar la educación emocional y garantizar el acceso a apoyo profesional. La salud mental debe ser una prioridad, y el compromiso colectivo puede marcar la diferencia en el bienestar de las nuevas generaciones.