Día del Río Bogotá, lo que nos cuenta la fauna.
Por: Cajicá Biodiversa. En la foto: una Lechuza (Tyto alba) captada en las proximidades del río Bogotá en Cajicá.
Logramos Observar tres especies de búhos en un pequeño espacio, el suceso es un sueño para cualquier observador de aves, pero contradictoriamente es el reflejo de una realidad cruda y preocupante, generada por las destrucción del habitad de estas especies. Fotos: Cajicá Biodiversa.
A propósito de celebrarse este 12 de mayo el día del Río Bogotá compartimos nuevamente este artículo publicado originalmente el 27 de marzo pasado en el cual colectivos ambientalistas denuncian parte de las afectaciones que se evidencian en las riveras del mismo.
Durante varios años desde Cajicá Biodiversa hemos hecho seguimiento a las aves del río Bogotá y de sus afluentes, humedales y playas, principalmente en los municipios de Cajicá, Chía, Sopó y Tabio, donde hemos registrado más de 100 especies diferentes en esta parte de la cuenca: desde patos, tinguas y garzas, hasta especies migratorias y otras raras de ver en el lugar, cómo un pequeño martín pescador que registramos en el marco Global Big Day hace algunos años.
Sin embargo, hay otras especies como los búhos, cuya observación no es tarea fácil, ya que estás rapaces nocturnas son sigilosas y muy camufladas. Pero aun así con cierta frecuencia observamos al Búho rayado (Asio clamator) en los árboles, casi siempre sauces, en humedales y zonas arborizadas cerca del río.
Recientemente, en una visita a la zona intervenida en Cajicá por el proyecto de adecuación hidráulica del Río Bogotá adelantado por la CAR (10 km del tramo de Puente Vargas a Puente Férreo), logramos observar no solo al búho rayado, sino también dos especies más, todas reunidas en un pequeño enclave de pastizales con árboles dispersos (incluidos sauces), cercano a un humedal afectado y que es uno de los últimos relictos de árboles cerca del río, pie que quedan endespués de está devastadora intervención.
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Si devastadora, ya que en este tramo intervenido fueron talados más de 12.000 árboles entre sauces, alisos, eucaliptos y muchas más especies incluyendo nativas, con la intención de convertir la ronda del río en un canal de tierra compactada, para el tránsito de maquinaria pesada y volquetas con el fin de lograr la adecuación del cauce, pero que deja al río sin cobertura vegetal, comprometiendo su ecosistema y afectando el habitad de las especies animales.
Es así como relacionamos la presencia de estos búhos, en una zona no mayor a 1000m2, con la deforestación generada en todo el cauce, ya que esto los obligó a reunirse en los mismos árboles que quedan en un predio con fines de construcción, y que hace parte de la Zona de Protección del Río Bogotá (ZAMPA).
Resulta que en este punto logramos observar al Búho Rayado, como se mencionó anteriormente, a la mítica Lechuza (Tyto alba) y al búho campestre (Asio flammeus), quien además tiene hábitos diurnos. Y lo que sorprende es que estas especies, además de compartir hábitat y hábitos alimenticios, son poco frecuente de observar, más aún a plena luz del día y reunidos en un relicto tan reducido.
Lo que sería el sueño de cualquier observador de aves, contradictoriamente es el reflejo de una realidad cruda y preocupante, generado por las afectaciones al río y sus hábitats asociados, y por las inconsistencias en la responsabilidad ambiental, como es el caso de está adecuación que ha recibido múltiples críticas por su falta de criterios ambientales y técnicos.
Esperamos que la comunidad y las entidades tomen conciencia acerca del río y lo reconozcan como un ecosistema complejo y delicado tal como hemos podido observarlo como colectivo durante varios años. Resaltamos nuestra preocupación por la ausencia de criterios ambientales y cumplimiento de compromisos de restauración por parte de la CAR, y el silencio de las entidades municipales y regionales ante este megaproyecto que amenaza con afectar gravemente el río Bogotá en el tramo que queda sin intervenir.