Temporada de Huracanes 2024: Pronóstico “Extraordinario” y Alerta en Colombia
La temporada de huracanes del 2024 en el Océano Atlántico se proyecta como “extraordinaria”, con un pronóstico alarmante según la Oficina de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA). Se espera que entre 17 y 25 tormentas con nombre propio se formen en el Atlántico, de las cuales entre ocho y 13 podrían evolucionar en huracanes, con la posibilidad de cuatro a siete de ellos alcanzando la categoría 3 o superior.
Esta predicción inusualmente alta se atribuye al desarrollo previsto del fenómeno meteorológico La Niña y a las temperaturas excepcionalmente elevadas en el norte del océano Atlántico. La directora de la NOAA, Rick Spinrad, advierte sobre la excepcionalidad de esta temporada en comparación con años anteriores.
En Colombia, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) también ha emitido una alerta sobre huracanes y ciclones sin precedentes. Se espera que la temporada, especialmente en los meses de agosto, septiembre y octubre, genere un alto número de ciclones, exacerbando aún más los efectos del fenómeno de La Niña y las lluvias asociadas.
Se pronostica que el archipiélago de San Andrés y la región Caribe colombiana serán las zonas más afectadas, con 23 tormentas anticipadas, superando significativamente el promedio del año anterior. Los impactos de estos eventos se sentirán en todo el país, con un aumento en las precipitaciones y el riesgo de deslizamientos en las regiones Andina y Pacífica.
A medida que el fenómeno de La Niña se desarrolla en el océano Pacífico, se intensifica la alerta por los huracanes en el Atlántico. Esta temporada, que se extiende desde principios de junio hasta finales de noviembre, plantea riesgos significativos tanto para la propiedad como para la seguridad de las personas, especialmente en los estados del sur de Estados Unidos.
El calentamiento global está exacerbando la intensidad de los huracanes, un fenómeno ampliamente documentado por la comunidad científica. El aumento de las temperaturas oceánicas alimenta estos sistemas meteorológicos, lo que subraya la importancia de la preparación y la mitigación de riesgos en las zonas vulnerables.