Alternativas para superar la crisis del agua en Bogotá
En las montañas del embalse de Chuza, ubicado en el Parque Nacional Chingaza, aún se percibe el límite al que solía llegar el agua antes de que la ola de calor actual revelara las rocas al descubierto. Con el sistema Chingaza al 44% de su capacidad, la situación parece crítica y los bogotanos seguirán racionando el agua hasta nuevo aviso.
A tres meses de 2025, año que podría romper nuevos récords de temperatura, la sequía amenaza con dejar a Bogotá sin suficiente agua en el futuro, especialmente con la posible disminución de lluvias sobre Chingaza, que abastece el 70% del agua potable de la ciudad. A diario, Bogotá y los 12 municipios aledaños dependen de este sistema, y la proyección hacia 2050, con el aumento de la población, requiere soluciones a largo plazo.
Entre las alternativas propuestas por expertos se destacan seis principales:
- Construir el embalse de La Playa o Chuza II: Un proyecto que podría aumentar la capacidad de almacenamiento de agua, pero que enfrenta desafíos ambientales y legales.
- Ampliar el uso de las aguas del río Bogotá: Potabilizar más agua del sistema Norte y limpiar aguas residuales para reinsertarlas al sistema de acueducto.
- Comprar agua o modificar el esquema de venta a municipios aledaños: Evaluar la posibilidad de comprar agua a otros municipios o modificar el esquema de venta actual.
- Explotar las aguas subterráneas de la sabana de Bogotá: Una opción que requiere estudios actualizados para determinar su viabilidad.
- Reducir el consumo de agua entre hogares e industrias: Implementar estrategias más eficaces para promover el ahorro de agua y ajustar las políticas para un consumo más responsable.
- Ordenar el territorio en torno al agua: Plantear una planificación urbana y rural que priorice la gestión sostenible del agua.
Estas acciones, aunque varían en su enfoque y complejidad, reflejan la necesidad urgente de abordar la crisis hídrica desde múltiples frentes para asegurar el acceso al agua potable en Bogotá.