El Distrito Capital, liderado por el alcalde Carlos Fernando Galán, ha implementado un esquema de racionamiento de agua como medida para afrontar la escasez de este recurso en Bogotá y municipios cercanos. Esta medida responde a los bajos niveles de los embalses y al incremento en la demanda debido a la histórica temporada seca y los incendios registrados recientemente.

El racionamiento, organizado en ciclos que abarcan nueve turnos, busca garantizar una distribución equitativa del agua. Durante esta semana, del 27 de enero al 2 de febrero, se realizarán cortes programados en diferentes sectores de la ciudad y municipios vecinos.

Cronograma de cortes de agua:

• Lunes 27 de enero (Turno 7): Fontibón, Kennedy, Funza, Madrid, Mosquera
• Martes 28 de enero (Turno 8): Antonio Nariño, Bosa, La Candelaria, Chapinero, Kennedy, Los Mártires, Rafael Uribe Uribe, San Cristóbal, Santa Fe, Usaquén, La Calera, Arboretto
• Miércoles 29 de enero (Turno 9): Usaquén, Suba, Chía, Cajicá, Cojardín, Sopó, Tocancipá
• Jueves 30 de enero (Turno 1): Antonio Nariño, Barrios Unidos, Chapinero, Los Mártires, Puente Aranda, Rafael Uribe Uribe, Santa Fe, Teusaquillo, Tunjuelito, Usaquén
• Viernes 31 de enero (Turno 2): Fontibón, Engativá, zona industrial de Cota (Cundinamarca)
• Sábado 1 de febrero (Turno 3): Barrios Unidos, Suba, Usaquén
• Domingo 2 de febrero (Turno 4): Bosa, Ciudad Bolívar, Kennedy, Puente Aranda, Tunjuelito, Cazucá, Soacha

Los cortes comenzarán a las 8:00 a. m. y tendrán una duración aproximada de 24 horas, con la posibilidad de demoras adicionales según las condiciones técnicas. Durante este tiempo, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) realizará labores de mantenimiento y modernización de las redes.

Recomendaciones para el ahorro de agua:
La Alcaldía exhorta a los ciudadanos a adoptar prácticas responsables para mitigar los efectos del racionamiento, como reutilizar el agua, reducir el tiempo de las duchas y evitar el uso de mangueras en actividades como el lavado de carros. Además, sugiere mantener hábitos continuos de conservación del agua para reducir el impacto ambiental y garantizar el abastecimiento a largo plazo.

Estas medidas no solo buscan mitigar los inconvenientes en los hogares, sino también proteger a la fauna y ecosistemas afectados por la escasez. La colaboración de la ciudadanía es clave para enfrentar esta crisis hídrica.