Desafío Hídrico en Bogotá: Sequía en Embalses y Descontrol en el Consumo
La preocupación se eleva en Bogotá ante la combinación peligrosa de sequía persistente y un consumo desmedido de agua. A medida que El Niño sigue su curso, la ciudad enfrenta una alerta de abastecimiento de agua. La Alcaldía de Bogotá ha lanzado una campaña urgente para promover el ahorro de agua entre los residentes, quienes parecen ignorar la gravedad de la situación.
El Acueducto de la ciudad ha revelado datos alarmantes sobre el consumo excesivo, que contrasta drásticamente con la disminución en los niveles de los embalses que proveen el vital líquido a la capital. Los estratos 3, 4 y 5 lideran el consumo desmedido, especialmente en áreas como Usaquén, Barrios Unidos, Suba, Engativá, Tunjuelito y Kennedy.
El fenómeno de El Niño ha exacerbado la crisis, obligando a la empresa de acueducto a buscar soluciones urgentes. A pesar de que aún no se ha declarado una emergencia oficial, el suministro de agua ya se ha visto comprometido, requiriendo la adición de más de 86 millones de litros diarios para satisfacer la demanda creciente.
El monitoreo constante de los ocho embalses de la región revela un panorama preocupante. Mientras que algunos embalses muestran un nivel de llenado estable, otros, como San Rafael, se enfrentan a niveles críticamente bajos.
El análisis del consumo hogareño revela que la mayoría del agua se utiliza en actividades diarias básicas, como el aseo personal y la cocina. Sin embargo, son las localidades del norte de la ciudad las que destacan por su aumento significativo en el consumo, evidenciando una falta de conciencia sobre la gravedad de la situación.
Enfrentados a la dualidad de sequía en los embalses y un consumo descontrolado, los habitantes de Bogotá enfrentan un desafío crucial para preservar el suministro de agua en la ciudad.