En medio de investigaciones disciplinarias contra tres exalcaldes, la Contraloría ha lanzado una advertencia sobre obras abandonadas e inconclusas en Cundinamarca, representando un claro ejemplo de desidia y corrupción. Estas obras, valoradas en $124.000 millones, se han convertido en símbolos de malversación de fondos públicos y una cadena de corrupción que afecta varios municipios del departamento.

El abandono de obras, conocidas popularmente como “elefantes blancos”, parece avanzar más rápido que la justicia en la región. Aunque se han identificado alrededor de 100 proyectos paralizados debido a problemas en su contratación, son pocos los responsables que han sido llamados a rendir cuentas por esta situación.

Esta situación refleja un preocupante patrón de irresponsabilidad y falta de transparencia en la gestión pública, donde el dinero destinado para el desarrollo y bienestar de la comunidad termina dilapidado en proyectos inconclusos o abandonados. La urgencia de enfrentar y resolver estos problemas se hace cada vez más evidente, pues no solo representan una pérdida económica considerable, sino también un obstáculo para el progreso y el desarrollo sostenible de Cundinamarca.