ESPECIAL: Debemos lograr la inclusión de la mujer
“No es coherente pensar en un desarrollo humano, económico, social y político que excluya a la mitad de la población, y en el caso de Colombia a un poco más de la mitad, 51.7%. No solo es ilógico desde el plano de los derechos, sino también desde lo productivo. En este orden de ideas, necesitamos trabajar desde muchos ángulos para lograr el acceso y permanencia de las mujeres en el mundo del trabajo en igualdad de condiciones.
“En Colombia el reto es mayúsculo. En las zonas urbanas, la brecha salarial entre hombres y mujeres es cercana al 20%, el desempleo femenino dobla al de los hombres y de manera dramática existe una correlación entre la violencia de género y la autonomía económica. La situación se complejiza en los entornos rurales en donde la diferencia salarial alcanza el 40%. Vale la pena preguntarse si solamente mediante decretos y leyes podemos transformar la realidad de las mujeres. La respuesta es clara y contundente: NO. No lo es, porque la desigualdad no es solo un tema que se circunscribe a la economía, o a la política pública, sino también a lo cultural y a lo que socialmente hemos adoptado como realidades naturales e intrínsecas en hombres y mujeres.
“En este sentido es evidente que el ODS 5, que hace un llamado por la igualdad de género, necesita alianzas robustas con el sector privado. El compromiso que debemos cumplir en los próximos 12 años es “asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública; y emprender reformas que otorguen a las mujeres igualdad de derechos a los recursos económicos, así como acceso a la propiedad y al control de la tierra y otros tipos de bienes, los servicios financieros, la herencia y los recursos naturales, de conformidad con las leyes nacionales,” y esto no se logrará si le dejamos toda la responsabilidad al Gobierno.
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