El Plan de Manejo Ambiental que está desarrollando Corpoboyacá para el Lago de Tota ha generado preocupación entre los habitantes de la región, especialmente por el posible desplazamiento de más de 7 mil personas de sus parcelas. Diego Pedraza, director de la Fundación Tota Sostenible, expresó su inquietud por los alcances de este plan, señalando que los contratistas encargados no parecen comprender la realidad del territorio ni su historia.

Pedraza advirtió que la delimitación propuesta por el plan convertiría la mayor parte de las tierras planas en humedales, lo que podría vincularlas directamente al Convenio Ramsar, con serias implicaciones para la población. “Toda la zona delimitada quedaría con restricciones ambientales: las áreas planas como humedales, las zonas de media montaña como áreas de recarga y protección, y las partes altas como páramo. Esto dejaría a los habitantes sin un lugar para desarrollar sus actividades”, explicó el dirigente.

El impacto del plan afectaría no solo a los productores de cebolla larga, sino prácticamente a toda la población de Tota, Aquitania y Cuítiva. Pedraza manifestó que la comunidad no aceptará ser desplazada por decisiones tomadas sin consulta ni conocimiento del territorio, y cuestionó la manera en que se ha adjudicado el contrato para la elaboración del plan.

A pesar de los intentos de la comunidad por reunirse con Yeimy Echeverría, directora de Corpoboyacá, para exponer la situación y buscar soluciones, Pedraza afirmó que no ha sido posible concretar una visita al Lago de Tota. La Fundación Tota Sostenible ha estado solicitando la presencia de la directora desde principios de año, sin éxito hasta la fecha, y teme que el tiempo siga pasando sin que se atiendan las preocupaciones de los habitantes de la zona.