En Fosca, se completó la restauración de la iglesia de San Antonio de Padua, un santuario que ha sido símbolo de fe, esperanza y tradición para la comunidad durante más de dos siglos. Esta intervención fue posible gracias a la colaboración entre el Instituto Departamental de Cultura y Turismo de Cundinamarca (Idecut) y la Alcaldía Municipal, con el objetivo de preservar tanto la estructura del templo como el legado espiritual que representa para sus feligreses.

San Antonio de Padua, reconocido como el patrono de los milagros, los solteros y las causas perdidas, sigue siendo un referente de devoción. Con su renovada imagen, el templo invita tanto a los habitantes como a los visitantes a descubrir su historia y a reconectarse con la esencia cultural y religiosa del municipio.