Título: Nuevo Pronóstico Retrasa la Llegada del Fenómeno La Niña: Octubre es el Mes Clave
La Oficina de Meteorología de Australia ha actualizado su pronóstico sobre la llegada del fenómeno La Niña, sugiriendo una nueva fecha probable. Aunque se esperaba que La Niña se manifestara entre agosto y octubre de este año, las condiciones oceánicas actuales indican que su aparición podría retrasarse hasta octubre.
Hasta ahora, las temperaturas oceánicas aún no han descendido lo suficiente para activar el fenómeno, lo que ha complicado las predicciones. Según los modelos climáticos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), hay un 70% de probabilidad de que La Niña se establezca en el trimestre agosto-septiembre-octubre. Sin embargo, la Oficina de Meteorología de Australia (BoM) sugiere que es más probable que La Niña se manifieste después de la primavera austral, a partir del 22 de septiembre.
Actualmente, nos encontramos en una fase neutral del ENSO (El Niño-Oscilación del Sur), donde las temperaturas del océano se mantienen estables. Para que La Niña se considere activa, las temperaturas deben bajar al menos 0,5 °C por debajo del promedio, una condición que aún no se ha cumplido. Según el último reporte del BoM, tres de los siete modelos climáticos indican que el umbral de La Niña podría alcanzarse en octubre, mientras que los otros cuatro modelos sugieren que el ENSO permanecerá en su fase neutral durante todo el período de previsión.
El Centro de Predicción Climática (CPC) de Estados Unidos también ha pronosticado la llegada de La Niña entre agosto y octubre, pero concuerda en que es más probable que ocurra después del inicio de la primavera austral. Este retraso en la llegada del fenómeno se atribuye, en parte, al calentamiento global, que está complicando las predicciones climáticas debido a las temperaturas récord registradas en 2023 y 2024.
A pesar de las incertidumbres, se prevé que 2025 podría ser un año completo bajo la influencia de La Niña. En países como Chile, este fenómeno suele traer consigo sequía, menores precipitaciones y temperaturas más bajas, patrones que podrían repetirse con la próxima llegada de La Niña.