Acá algunas de las principales características del proyecto de ley orgánica Región Metropolitana de Bogotá-Cundinamarca que este semestre, entrará a debate en el congreso.

Conformación:

Lo integrarán Bogotá y los municipios aledaños que se asocien, dependiendo de su cercanía y seis factores metropolitanos que pueden relacionarlos con la ciudad (movilidad, servicios públicos, justicia, seguridad alimentaria, desarrollo económico, ordenamiento territorial y medio ambiente), así como garantizar la autonomía territorial de quienes hagan parte de ella.

Acceso y control:

El ingreso dependerá de los concejos. Mientras que el control político se hará en una sesión semestral, en la que podrán participar tres diputados de la Asamblea, tres delegados del Concejo de Bogotá y uno por cada concejo municipal, en la que podrán formular preguntas.

Competencias

Se ordena la creación de una autoridad regional que coordinará el transporte público y de carga; la creación de un sistema regional de seguridad, un plan maestro de equipamientos, nuevas inspecciones de policía y comisarías de familia, y un plan de desarrollo turístico, así como de estrategias y articulaciones para fortalecer el empleo.

Servicios Públicos:

En servicios públicos no se establece cómo se solucionarán los conflictos que han existido por la administración del agua. En cambio, señala que se tendrá que coordinar y gestionar su administración, como la del manejo de residuos sólidos y líquidos.

Ambiente:

Se plantea crear un Plan de Seguridad Hídrica y otro de Acción Climática, y piden la inclusión del director de la nueva Región Metropolitana y el rector de alguna de las universidades de la región en el consejo directivo de la CAR.

POT regional:

El Plan Director de Desarrollo y Ordenamiento Regional, que, al igual que el POT, sería un instrumento a mayor escala de planeación de la Región Metropolitana por doce años, que tiene como base un componente socioeconómico y otro físico, cuya aprobación dependería del consejo regional, conformado por los alcaldes de Bogotá y los municipios inscritos.

Con respecto a su organización, deja la elección del director en manos de los alcaldes; crea un observatorio regional, así como un ágora para la participación y el control ciudadano, mientras que las decisiones se tomarán en consenso con los municipios, pero solo se aprobarán si cuentan con la aprobación de la Alcaldía de Bogotá y la Gobernación de Cundinamarca.

Cabe destacar, que este semestre se debatirá en el Congreso la ley orgánica Región Metropolitana de Bogotá y Cundinamarca, último paso para que la misma sea una realidad.

Fuente: El Espectador.

Roy Salas Adán. Periodista.