Mamás capuchas, primera línea en la lucha

Vivan las mamás capuchas, como las madres de Soacha, como las madres de la Plaza de Mayo. Foto montaje vivetumagia.com

Por: Alexandra Ávila.

En el marco del paro nacional hemos visto muchas manifestaciones culturales, baile, danza, música, artistas de diferentes disciplinas, títeres (de los de verdad) y una hermosa gama de pancartas de colores de consignas creativas y muchas expresiones individuales que acongojan el alma y llena el espíritu de fuego y amor por nuestra querida Colombia.

Pero entre lo más significativo está un puñado de mujeres, madres de los jóvenes que decidieron por su cuenta salir a manifestar su enojo contra un gobierno que les ha robado todo.

Hace décadas los jóvenes viene siendo vulnerados en sus derechos, la educación superior se ha convertido en algo inalcanzable para la mayoría y del empleo ni que decir, una persona joven para entrar al mercado laboral debe tener experiencia y en muchos casos no reciben ni siquiera un salario mínimo.

Un recién graduado universitario, al salir a buscar una oferta laboral se encuentra con una realidad atroz, con contratos de prestación de servicios vigentes por periodos de tres o seis meses con remuneraciones por debajo del mínimo legal, dejándolos casi desde sus primeros años laborales sin derecho a un futuro mejor.

Imaginar un joven lleno de sueños y fuego en el corazón con el ardiente deseo de comerse el mundo y verlo derrumbarse ante la precariedad laboral y educativa es frustrante para cualquier madre, el deseo ardiente de encontrar un mejor futuro y conquistarlo, es lo que vemos en nuestros jóvenes que desean salir adelante, buscar por sus propios medios oportunidades que no existen y si las hay es para solo unos pocos.

Afuera, en las calles está la generación que no quiere dejar morir sus sueños, sus madres impotentes sin poder dar lo suficiente, luchan a la par… “nada que perder, todo por ganar” el miedo es latente pero el valor y el deseo de un mejor futuro es aún mayor.

Vivan las mamás capuchas, como las madres de Soacha, como las madres de la Plaza de Mayo, no solo dan la vida, dan mucho más que eso, nos regalan esperanza. Viva el amor de las madres.

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