Con una probabilidad del 60%, se prevé la llegada del fenómeno de La Niña entre junio y agosto, augurando un escenario potencialmente complejo. En años anteriores, este fenómeno ha desencadenado situaciones críticas, como el colapso de acueductos en ciertos municipios, deslizamientos que han devastado comunidades enteras y pérdidas masivas de cultivos. Esta vez, la transición tras El Niño será notablemente rápida. ¿Estamos preparados para afrontar estos desafíos?

Según Ghisliane Echeverry, directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), la probabilidad del 60% de la llegada de La Niña coincide con la temporada de ciclones, que se extiende de junio a noviembre, así como con la segunda temporada de lluvias. Echeverry advierte que es probable que nos enfrentemos a eventos climáticos extremos y episodios de lluvias intensas en este período.

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