El 2025 se presenta como un año crucial para la economía de Colombia, marcada por desafíos internos y externos que exigirán estrategias innovadoras y decisiones políticas acertadas para garantizar un crecimiento sostenible y equitativo.

Inflación y ajuste fiscal

La lucha contra la inflación sigue siendo un reto central. Aunque los esfuerzos del Banco de la República han permitido moderar las alzas en los precios, sectores como alimentos y energía aún registran variaciones significativas. Este contexto se combina con la necesidad de un ajuste fiscal que equilibre las finanzas públicas, especialmente tras el incremento del gasto en programas sociales y obras de infraestructura.

El Gobierno enfrenta la tarea de fortalecer los ingresos fiscales sin desincentivar la inversión. Para ello, se espera una reforma tributaria que amplíe la base impositiva y reduzca la evasión fiscal, factores críticos para mejorar la sostenibilidad económica a largo plazo.

Crecimiento económico moderado

La proyección de crecimiento para 2025 oscila entre el 2% y el 3%, una cifra modesta en comparación con años anteriores. Factores como la desaceleración del comercio global, los altos costos de financiamiento y la incertidumbre política en los mercados internacionales inciden en esta estimación. La diversificación económica será clave para superar esta situación, apostando por sectores como la tecnología, la agroindustria y las energías renovables.

Desempleo y formalización laboral

El mercado laboral continúa siendo una preocupación, con tasas de desempleo cercanas al 10%. La informalidad afecta a más del 50% de los trabajadores, lo que limita el acceso a beneficios sociales y debilita las contribuciones al sistema pensional. En respuesta, el Gobierno planea implementar políticas de incentivos a la formalización y promover el emprendimiento en áreas rurales y urbanas.

Sostenibilidad ambiental y transición energética

Colombia también enfrenta el desafío de avanzar en su transición energética, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y fortaleciendo las energías limpias. Esto, no solo para cumplir compromisos internacionales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, sino también para proteger sectores clave como el agro, afectados por fenómenos climáticos extremos.

Inversión extranjera y competitividad

La atracción de inversión extranjera directa será esencial para financiar proyectos estratégicos, pero esto requiere mejorar la percepción de seguridad jurídica y estabilidad política.

En síntesis, el 2025 plantea a Colombia una serie de retos económicos que, aunque complejos, también representan oportunidades para consolidar un modelo de desarrollo más inclusivo, resiliente y sostenible.