Yarimar Márquez: “Nadie dijo que migrar fuera fácil”

Mujeres: presentamos la historia de una migrante quien actualmente ejerce su profesión como Arquitecto en Chía, pero comenzó en este país laborando en trabajos distantes a su profesión.


Yarimar Márquez es venezolana nacida en el pueblo de Pregoneros, estado Táchira, fronterizo con el departamento de Norte de Santander. Llegó hace tres años a Chía, con la esperanza de poder encontrar un empleo, que le permitiera ayudar económicamente a su madre, padre y hermanos, quienes se quedaron en su país.

Graduada en 2015 como arquitecto en Venezuela, donde rápidamente se dio cuenta que a pesar de trabajar profesionalmente no lograría ni siquiera cubrir sus gastos básicos, así que con un gran pesar lo dejó todo atrás, con la esperanza de un mejor futuro.

“Yo creo que si nos vamos al contexto de venezolanos migrantes en Colombia, para nadie ha sido fácil, todos llegamos buscando desesperadamente un primer empleo en lo que sea, claro, que sea honrado. La meta es ayudar a todos nuestros familiares, en mi caso yo ejercía como arquitecto en Venezuela, en un en un local de diseño de interiores, pero al llegar acá hice mi hoja de vida y comencé a llevarla a los fruver, las panaderías y almecenes”, narra.

Recuerda que en esos días se decía a sí misma “va a ser muy difícil conseguir un trabajo como arquitecto”. Añade que su primer empleo fue en una panadería, luego en un restaurante, hasta que por cosas de la vida y la ayuda divina consiguió un día la tienda de diseño, fabricación e instalación de clóset y cocinas en la cual labora actualmente, en Chía.

“Me di a conocer, les hablé de mi experiencia y comencé a trabajar con ellos, hasta la fecha llevamos tres años laborando juntos y ha sido maravilloso para mí, poder ejercer en otro país mi profesión”, destaca.

Entre las anécdotas que más le han marcado, recuerda que “el año pasado al reabrir en mayo luego del primer cierre por la pandemia, había una gran incertidumbre, el Centro Comercial prácticamente permanecía sólo, únicamente funcionaban las droguerías. Pero nos dijimos ‘vamos a abrir porque alguien llegará’ y fue increíble, porque esa primera semana llegó un cliente, un paisano que nos contó que nos estaba esperando, porque quería que nosotros le hiciéramos un trabajo y estaba preocupado porque temía que cerráramos definitivamente; de inmediato comenzamos a ambientar toda la casa y gracias a Dios después de él, los trabajos han sido muchos”.

Detalla que en la empresa en la cual trabaja fabrican todo tipo de mobiliario en alto brillo o mate con varios tipos de madera o MDF, además de realizar todo tipo de obra civil. “Manejamos los proyectos desde cero con el cliente, si el cliente desea hacer una remodelación, le ofrecemos toda la asesoría para hacerla y finalmente todo el mobiliario, las cocinas, los clóset, muebles de baño, áreas de estudio, todo”.

Asegura que le gusta estar “echándole pichón” (esforzándose) para poder salir adelante.

Yarimar dice estar convencida que toda mujer tiene que luchar por sus sueños, aun en los momentos duros, “siempre hay momentos donde no queremos saber nada, pero en esos momentos yo creo que tenemos que aferrarnos principalmente al sueño que tenemos y a Dios, porque nadie dijo que esto iba a ser fácil, pero ahí es cuando uno tiene que agarrar fuerzas”.

Su ADN:
La humildad, el trato amable para con todos.
La responsabilidad.
El amor y el sacrifico por la familia.

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